—Este ascensor me da miedo. —Es un poco viejo nada mas, no es para tanto. —Estas puertas son ilegales en los edificios nuevos ¿Sabias? —No digas boludeces negro. Así empezó todo. El negro vivía en la planta baja y cada vez que venia a visitarme tenia que oír sus quejas sobre mi ascensor. Tengo que aceptar que el tenia sus motivos. Era un ascensor viejo, con suerte cabían tres personas dentro. Todavía me acuerdo cada vez que llegaba al edificio. Pasaba el hall de entrada, me ponía en frente del ascensor y apretaba el botón para llamarlo. Corría sus puertas de hierro, ya despintadas por los años, hacia la derecha. Entraba, volvía a cerrar las puertas y presionaba el botón numero ocho. Instantáneamente comenzaba un viaje de ocho pisos, seguido de movimientos bruscos e incontrolables. Yo era una persona normal. Trabaja desde casa para una empresa de cervezas, en la parte de diseño. Tenía algunos amigos que visitar casualmente. Me gustaba el deporte. Solía utilizar el ...
Comentarios
Publicar un comentario